18 de octubre 2011: el equipo de Fermi de la NASA ha publicado recientemente el segundo catálogo de fuentes de rayos gamma detectadas por el Large Area Telescope (LAT) de su satélite. De las 1873 fuentes encontradas, casi 600 son un completo misterio. Nadie sabe lo que son.
“Fermi ve rayos gamma que provienen de direcciones en el cielo donde no hay objetos evidentes con probabilidades de producir rayos gamma”, dice David Thompson, científico Adjunto del proyecto Fermi del Centro de Vuelo Espacial Goddard.

Los rayos gamma son, por su propia naturaleza, heraldos de gran energía y violencia. Son una forma de súper-energía de luz producida por fuentes tales como los agujeros negros y explosiones de grandes estrellas. Los rayos gamma son tan energéticos que las lentes normales y los espejos no funcionan. Como resultado, los telescopios de rayos gamma no siempre pueden obtener un enfoque lo suficientemente fuerte para determinar exactamente donde las fuentes están.
Las dos terceras partes de las fuentes del nuevo catálogo de los científicos de Fermi pueden, por lo menos con una certeza razonable, localizar a un objeto conocido que produzca rayos gamma*, como un pulsar o blazar, en las cercanías de dónde los rayos gamma están viniendo. Sin embargo, el tercio restante – las “fuentes misteriosas” – han dejado perplejos a los investigadores, al menos por ahora. Y son las más tentadoras.
“Algunas de las fuentes misteriosas podrían ser nubes de materia oscura – algo que nunca se ha visto antes”, especula Thompson.
Alrededor del 85% de la masa gravitatoria del universo es materia oscura. Las cosas que vemos hace el resto. La materia oscura es algo que tira de las cosas con la fuerza de su gravedad, pero no puede ser detectada de otra manera. No brilla – no emite o dispersa la luz – de ahí el adjetivo “oscuro”.
Los astrónomos no pueden detectar la materia oscura directamente a través de los telescopios ópticos o de radio. Pero la materia oscura podría brillar en rayos gamma.
“Hemos estado utilizando Fermi en la búsqueda de materia oscura durante mucho tiempo”, dice el investigador principal para el Large Area Telescope, Peter Michelson de la Universidad de Stanford.
Algunos investigadores creen que cuando dos antipartículas de materia oscura chocan entre sí, se aniquilan, produciendo rayos gamma. Nubes concentradas de materia oscura podrían constituir una fuente de rayos gamma en determinadas longitudes de onda detectables por Fermi.
“Si vemos un bache en el espectro de rayos gamma – una estrecha línea espectral a altas energías que se corresponde a la energía de la aniquilación de las partículas – podríamos ser los primeros en ‘capturar’ materia oscura”, dice Michelson.
El equipo planea continuar con la observación de las misteriosas fuentes. Fermi escanea todo el cielo cada tres horas, y esta secuencia continua de observaciones “acumula” los rayos gamma para el análisis de los investigadores. Hasta ahora, muy pocos rayos gamma han sido recogidos de las misteriosas fuentes para llegar a conclusiones definitivas.
Otra, posibilidad menos oscura para algunas de las misteriosas fuentes es de cúmulos de galaxias en colisión. Según Michelson y Thompson, los choques de tal magnitud podría generar masivas olas de choque a gran escala que acelerarían las partículas. Otras de las fuentes, dicen, podrían ser un fenómeno nuevo, tal vez algo relacionado con agujeros negros galácticos.
Cuando todo está dicho y hecho, muchas de las misteriosas fuentes podrían llegar a ser familiares. “[Ellas] probablemente se vuelvan miembros de las clases de fuente que se conocen – cosas que conocemos, pero que no se han reconocido todavía, como desconocidos pulsares, sistemas binarios, y remanentes de supernova”, dice Michelson.
“Por supuesto que estamos esperando algo realmente exótico como la materia oscura, pero tenemos que mirar primero en todas las otras opciones”, dice Thompson. “Fermi es una misión en curso. Vamos a continuar la búsqueda de respuestas a estos enigmas y tal vez subir aún más sorpresas.”
¿Será la notoria materia oscura finalmente atrapada? ¡Estén pendientes!
Lea el artículo en la web de la nasa science.nasa.gov