Puede ser que no hayamos sido capaces de ver fantasmas, pero en nuestra anterior, forma de pez, teníamos un sexto sentido, según un estudio.
Los científicos han descubierto que somos descendientes de un ancestro depredador con forma de pez que vagaba por los mares hace 500 millones de años y tenía ‘electrosensores’ – la capacidad de detectar campos eléctricos en el agua.
Utilizaba esta habilidad para detectar a sus presas, comunicarse y encontrar el camino alrededor.
Los investigadores de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Cornell en Nueva York creen que no sólo los seres humanos, sino 65.000 especies de vertebrados vivientes – eso sería cualquier criatura con una columna vertebral o espina dorsal – son descendientes de la bestia.
Esto incluye 30.000 especies de animales terrestres – incluyendo a los humanos – y un número similar de peces con aletas radiadas, según los científicos.
Sus conclusiones, que aparecen en la última edición de Nature Communications, marca la culminación de 25 años de trabajo en el tema.
«Este estudio finaliza preguntas en biología del desarrollo y evolución, popularmente conocida como «evo-devo» a la que he estado interesado por más de 35 años», dijo Willy Bemis, profesor de Cornell de ecología y biología evolutiva y autor principal del artículo.
Él explica que cientos de millones de años atrás, hubo una gran división en el árbol evolutivo de los vertebrados.
Un linaje llevó a los peces con aletas radiadas o actinopterygians, y el otro a los peces con aletas lobuladas, o sarcopterigios.
Este último dio origen a los vertebrados terrestres, algunos de los cuales, como la salamandras axolotl mexicana, conserva la capacidad del electrosentido.
Algunos peces de aletas radiadas, incluyendo el espátula y el esturión, también conservan estos receptores.
El profesor Bernis y su equipo encontraron que el electrosentido de los peces con aletas radiadas y la salamandra se desarrolló precisamente con el mismo modelo desde el mismo tejido embrionario, lo que confirma que se trata de un sistema sensorial antiguo.
«Estos dos sistemas sensoriales comparten una herencia evolutiva común», añadió Bemis.
Sin embargo, durante los años reptiles, aves y mamíferos perdieron sus electrosentidos ya que no eran necesario para la vida en tierra firme.