En los bordes exteriores de la Vía Láctea están las estrellas que los astrónomos estudian como fósiles galácticos – antiguas estrellas que se formaron en los años más jóvenes de nuestra galaxia.
El enigma para los científicos es por qué estas estrellas son tan ricas en oro, platino y uranio – metales pesados que usualmente sólo son formados mucho más tarde en la historia de las galaxias.
Ahora los científicos creen que han resuelto de dónde vino la ‘cubierta’ que bordea nuestra galaxia – y de ella, han adquirido una visión de la prehistoria de nuestra galaxia.
Cuando estallan las estrellas, las nubes de gas resultante se condensa de nuevo junta, formando nuevas estrellas – y cada «generación» tiende a ser más rica en elementos pesados, más complejos, tales como oro, platino y uranio.
Las estrellas formadas en la historia temprana de las galaxias deben ser de riqueza baja en tales metales pesados – pero las estrellas en nuestra galaxia muestran una sorprendente cantidad de oro y de otros metales pesados.
«En las partes exteriores de la Vía Láctea hay viejos ‘fósiles estelares’ de la infancia de nuestra propia galaxia. Estas viejas estrellas se encuentran en el halo superior e inferior del disco plano de la galaxia. En un pequeño porcentaje de estas estrellas primitivas, se encuentran cantidades anormales de los elementos más pesados», explica Terese Hansen, que es astrofísico en el grupo de investigación de Astrofísica y Ciencias Planetarias en el Instituto Niels Bohr en la Universidad de Copenhague.
El grupo de investigación en el Instituto Niels Bohr había estudiado estas antiguas estrellas con un telescopio gigante del ESO en Chile durante varios años.
Para tener una idea sobre el origen de los elementos pesados, siguieron a 17 de estas ‘anormales’ estrellas por otros cuatro años con el Telescopio Óptico Nórdico en La Palma.
Anteriormente, los científicos han especulado que los sistemas estelares binarios podrían ‘comerciar’ los metales entre los dos – pero el estudio de las 17 ‘ricas’ estrellas demostró que en realidad habían sido ‘cubiertas’ de oro en la historia temprana de nuestra galaxia.
La razón por la cual algunas de las viejas estrellas se convirtieron anormalmente ricas en elementos pesados por lo tanto, debe ser que las supernovas que explotaban enviaron ‘chorros’ al espacio.
«En la explosión de una supernova elementos pesados como el oro, platino y uranio se forman y cuando los chorros golpean las nubes de gas circundante, se verán enriquecidas con los elementos y se forman las estrellas que son muy ricas en elementos pesados», dice Hansen.
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