Avión espía antigravedad Top Secret – TR3b Black Manta

Avión espía antigravedad Top Secret – TR3b Black Manta

En el caso del TR-3B Black Manta, se trata de una nave que utiliza mercurio a alta presión acelerado por energía nuclear, de modo que se produce plasma, que, a su vez, crea un campo de antigravedad alrededor de la nave. Tiene una bobina electromagnética en el corazón de su sistema de energía motriz, cuyo resultado es un impulso electromagnético que interactúa con el campo del bosón de Higgs a nivel cuántico. Un asunto muy interesante, sin duda.

Avión espía antigravedad Top Secret - TR3b Black Manta

Así pues, un avión antigravitatorio no utiliza la tecnología convencional de motores de turbina o cohete, sino un sistema de propulsión que crea empuje generando plasma de alta energía. Estos aviones también se denominan “flux liners”.

Al igual que muchas tecnologías de aviación divergentes, la tecnología antigravedad se remonta a la última parte y a las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, y concretamente al proyecto encubierto de Estados Unidos conocido como Operación Paperclip.

El objetivo de la Operación Paperclip era que Estados Unidos obtuviera la mayor ventaja posible frente a la Unión Soviética en la carrera tecnológica del armamento militar, razón por la cual el proyecto estaba repleto de científicos alemanes que eran miembros declarados del Partido Nazi.

Eso significa que Estados Unidos ha estado investigando la tecnología antigravitatoria durante casi 70 años.

Es la culminación de las teorías sobre la gravitación, la gravedad cuántica y la relatividad general, esta última expuesta por primera vez por el propio Albert Einstein.

La antigravedad tiene un enorme interés para los militares y los científicos, ya que, por ejemplo, se podría reducir hipotéticamente la masa de un avión utilizando la propulsión electromagnética, incluso hasta cero.

No es de extrañar que investigadores de la NASA, las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos y Lockheed Martin hayan invertido en estudios teóricos sobre la capacidad de alterar la masa inerte.

Según los expertos, el TR-3B Black Manta utilizaría propulsores convencionales situados en las puntas de la aeronave que le permitirían realizar un número vertiginoso de maniobras rápidas de alta velocidad, incluyendo giros perfectos en ángulo recto e hiperaceleración. Y podría conseguirlo a lo largo de sus tres ejes.

Recordemos que el TR-3B fue diseñado para ser un avión espía sigiloso subsónico.

Por un lado, es un avión muy silencioso, salvo por un ligero zumbido. Un subproducto interesante del plasma que genera el TR-3B es que reduce significativamente la firma del radar del avión, lo que lo hace ideal para misiones en las que el sigilo es primordial.

Eso significa que el TR-3B Black Manta podría colarse en casi cualquier espacio aéreo de cualquier país y no ser detectado por sus sistemas de control de tráfico aéreo o de defensa aérea.

Este pequeño ejemplar negro ha sido asociado con múltiples informes de avistamientos de aparatos triangulares voladores sobre Antelope Valley, una zona desértica del sur de California muy apreciada por los observadores de ovnis.

También es esta zona desértica de California la que atrae a las personas interesadas en los proyectos encubiertos de aviones de operaciones negras, dada su proximidad a varias zonas conocidas de investigación y pruebas militares, como la base de la Fuerza Aérea de Edwards y la planta 42 de la USAF, esta última a sólo 60 millas o 97 kilómetros del centro de Los Ángeles.

El TR-3B Black Manta sería, sin duda, el tipo de proyecto de operaciones negras típico de las Fuerzas Aéreas y la Marina de Estados Unidos. El avión espía U2 de la década de 1950, el jet SR-71 de la década de 1980 y la actual nave furtiva F-117A son sólo tres ejemplos de aviones que la Fuerza Aérea de Estados Unidos negó que existieran durante años, todos los cuales se desarrollaron primero de forma encubierta en la infame base del Área 51 de Nevada. Y no olvidemos que la propia Área 51 sólo fue reconocida finalmente por el gobierno de Estados Unidos cuando la más encubierta de las agencias, la CIA, lo hizo en junio de 2013, por cortesía de una solicitud de la Ley de Libertad de Información (FOIA) presentada ocho años antes.

Pero, ¿existe?

Por supuesto, existen las inevitables acusaciones de que el TR-3B fue construido por los militares utilizando tecnología de ingeniería inversa extraterrestre.

Incluso la revista Forbes reflexionó en 2021 que tal vez, sólo tal vez, las patentes concedidas a Salvatore Cezar Pais podrían ser una tapadera para la tecnología extraterrestre capturada a lo largo de los años por el ejército estadounidense.

Entonces, ¿qué pasa con el TR-3B Black Manta? ¿Hasta dónde se remonta, si es que se remonta? ¿Tiene algo que ver con la mencionada patente de 2018 concedida a Pais y a la Marina estadounidense? Es un avión, es un pájaro, podría ser incluso Superman? No, solo es la Fuerza Aérea de los Estados Unidos jugando con nuestras cabezas otra vez.

Fuente: UfoSightingsHotspot

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