Nuevos hallazgos arqueológicos desafían la teoría clásica ‘Out of Africa’
Recientes descubrimientos en África y Asia están sacudiendo los cimientos de la teoría más aceptada sobre la expansión de los humanos modernos. La clásica narrativa ‘Out of Africa’, que postula una única migración desde este continente hace unos 60.000 años, parece ser insuficiente para explicar la creciente evidencia arqueológica.
Uno de los hallazgos más sorprendentes es la datación de herramientas líticas. Existen evidencias más antiguas fuera de África que dentro del propio continente. Mientras en África las herramientas más antiguas atribuidas al Homo sapiens tienen alrededor de 300.000 años, en Eurasia, específicamente en lo que hoy es Irán, se han hallado herramientas fechadas entre 400.000 y 500.000 años, aunque su vinculación directa con nuestra especie aún se debate.
Punto crucial es el análisis de las herramientas achelenses en Sudáfrica. Luego de décadas atribuyéndoles más de un millón de años de antigüedad, una reevaluación tecnológica reveló algo fascinante: muchos de estos instrumentos pertenecen en realidad a un período mucho más reciente, entre 300.000 y 600.000 años. Esto significa que están bastante más cerca en el tiempo de las herramientas halladas en Arabia y Palestina. La similitud técnica, especialmente en la forma de eliminar lascas para afilar los bifaces, es notable.
Esta conexión técnica se extiende al norte de África. Conjuntos de herramientas de características prácticamente idénticas han sido encontrados en Marruecos, también con una edad estimada entre 500.000 y 300.000 años. Este patrón común sugiere contactos o migraciones hacia la península arábiga.
La costa noroeste de Arabia emerge como una posible ruta clave. Allí se localizan varios yacimientos con herramientas de piedra casi calcadas a las encontradas tanto en Sudáfrica como en Marruecos. La cronología coincide: todas datan principalmente de entre 300.000 y 500.000 años atrás. El patrón es innegable: herramientas de estilo africano están presentes en Arabia antes de lo previsto.
Esta evidencia apunta a que las conexiones humanas, o al menos el flujo de conocimiento tecnológico, entre África y el suroeste de Asia podrían haber comenzado mucho antes que el éxodo tradicionalmente considerado. Otro dato fundamental proviene de Israel: la Cueva de Misliya alberga fósiles de Homo sapiens con una antigüedad de 200.000 años. Combinado con las herramientas encontradas en el cercano Monte Carmelo (con más de 350.000 años), revela una presencia humana moderna significativamente más temprana en la región.
¿Qué significan estos hallazgos? Indican que la historia de nuestra expansión es más compleja y antigua de lo pensado. Contradicen la noción de una única y reciente migración exitosa desde África. Sugieren múltiples salidas precoces, posiblemente fallidas en términos de continuidad genética, pero que dejaron su huella tecnológica dispersa. Los humanos modernos, o grupos estrechamente emparentados con ellos dotados de tecnología avanzada, estaban moviéndose y explorando paisajes lejanos desde África cientos de miles de años antes de que ocurriera la gran migración que pobló definitivamente el planeta. La prehistoria humana sigue revelando nuevos capítulos escondidos bajo la arena del tiempo.
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